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Es fácil olvidar que se trata de un juego...
Maaya tiene el corazón roto y Chigira, el chico más guapo de la escuela, le propone jugar a que son pareja. La relación comenzó con la promesa de no enamorarse, pero Chigira es tan dulce y amable, que es demasiado y empieza a gustarle... "No puedo enamorarme de él" es lo que piensa Maaya y por eso decide dejar el juego.
Ay, este tomo. Veremos a un Chigira ligeramente más posesivo, cosa que personalmente a mí me encanta, y es que empezamos a ver que Tezuka trata de interponerse entre ellos dos y éste intenta evitarlo, queriendo a Maaya para él solo.
Además, se nos deja caer la idea de que Chigira ya se había fijado anteriormente en Maaya, que llevase tiempo fijándose en ella, ya que él parece saber un pequeño detalle de ella que Maaya no recuerda haberle contado nunca, y se nos muestra un flashback, así que al final tenemos la típica historia donde el chico guapo se fija en la chica del montón y espera pacientemente la oportunidad para acercarse a ella. ¿Es mi cliché favorito? No, pero, ¿lo disfruto igual? Por supuesto.
Este segundo tomo además termina con una proposición que sabiendo lo del flashback, nos confirma que a Chigira ya le gustaba Maaya desde antes de que se acercaran, pero claro... ahora sabemos que a Maaya también le gusta Chigira...
Puntuación:
¡Gracias por leerme!